Yohir Akerman se refirió a temas de corrupción en la alcaldía de Tunja

El politólogo y columnista de medios de comunicación escribió sobre Mikhail Krasnov, alcalde de Tunja, en su columna publicada el pasado domingo. En ella se abordan presuntos hechos de corrupción en contratos que parecen buscar frenar las demandas que buscan la nulidad de la elección del profesor ruso.

Polémicas situaciones se están presentando con algunos alcaldes y gobernadores electos. Tras sus posesiones e inicio de actividades, se han conocido posibles inhabilidades presentadas por diversos hechos, situaciones que podrían generar su destitución de los cargos, obligando así a nuevas elecciones y situaciones incómodas para las ciudades y sus ciudadanos.

El columnista de la revista Cambio, Yohir Akerman, escribió sobre algunos presuntos hechos irregulares que se estarían presentando en la alcaldía de Tunja. Akerman inicia su texto hablando de dos contratos fechados el 5 y 7 de febrero, en los que se otorgan dichos contratos a uno de sus demandantes y otro en el que presuntamente, por terceros, estaría involucrado un magistrado del Tribunal Contencioso Administrativo.

Dentro de lo comentado por el columnista se recuerda la posible inhabilidad que tendría el alcalde Krasnov al mantener un contrato con la UPTC, donde se estarían infringiendo tres normatividades que dejarían inhabilitado al actual mandatario de Tunja.

“Lo importante en esos acuerdos no son los valores, sino sus fechas. Según el artículo 37 de la Ley 617 del 2000, que modificó el artículo 95 de la Ley 136 de 1994, esos contratos constituyen una inhabilidad para ser alcalde, por tres requisitos cumplidos.
El primero es que fueron con una entidad oficial, ya que la UPTC es un ente universitario autónomo de carácter nacional y público. El segundo, que se suscribieron dentro del año anterior a la fecha de su elección el 29 de octubre de 2023, a nombre e interés propio. Y el tercero, que se ejecutaron y cumplieron en Tunja, respectivo municipio donde ganó la Alcaldía el señor Krasnov”, escribió Yohir Akerman en su columna.

Ante estos hechos, fueron presentadas dos demandas electorales en el Tribunal Administrativo de Boyacá, una de ellas por parte del abogado Juan Sebastián Ramírez García, a quien se le habría otorgado un contrato en la alcaldía de Tunja para hacer las veces de abogado externo de la administración municipal. Lo curioso, y lo que es escrito por Akerman, es que al hacerse efectivo dicho contrato, la demanda del abogado Ramírez contra la elección de Krasnov fue retirada.

“Ahora bien, aquí vienen las razones extrañas. El pasado 1 de febrero, el señor Juan Sebastián Ramírez García envió una carta titulada “propuesta técnico-económica” dirigida al alcalde de Tunja. También hubiera podido denominarse propuesta técnico-indecente.

Como su asunto lo indicaba en el mensaje, el jurista presentó una oferta para “prestar servicios profesionales como abogado externo de la administración municipal de Tunja con el fin de atender las labores de representación judicial y administrativa de los procesos de todo orden a cargo de la entidad”. Como dicen por ahí, “si no te gustan mis principios y valores, no te preocupes que los cambio por otros””, afirma Akerman en su columna. Cabe resaltar que dicho contrato fue adscrito por un valor de $54.285.000 con una duración de 10 meses y 11 días.

Ahora bien, en la columna del reconocido politólogo, se habla de otro contrato que buscaría presuntos beneficios en cuanto a las demandas que enfrenta la elección de Krasnov y que estarían salpicando al magistrado Luis Ernesto Arciniegas Triana por la contratación de Diana Alejandra Ibáñez con la alcaldía de Tunja. Dicho contrato se habría generado por un valor de $20.400.000 para un plazo de cinco meses. Lo curioso es que, según la columna publicada en la revista Cambio, la abogada Alejandra Ibáñez habría sostenido una relación con el magistrado, con quien también tiene una pequeña hija. Es así que resulta intrigante el posible favorecimiento al magistrado que disipó el caso del alcalde Krasnov a su favor.

La columna de Akerman culmina con la siguiente frase que hace reflexionar a más de un tunjano: “Todo parece indicar que para el alcalde, no hay nada en Tunja que un milagroso contratico no pueda solucionar.”

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