Nación

 miércoles 15 de julio de 2020

 

Resetear la economía para salvarla: la “UCI” neoinstitucional

Foto: El Economista

Comparte

Tres ideas claves, provenientes de la sabiduría humana, deben ser aplicadas sí se quiere salir de la violenta crisis económica inducida desde las medidas de pánico ante el Covid-19, adoptadas por distintos sectores políticos a nivel global.

Esta noticia la leyeron 29536 personas


Aporta un "Me gusta" a este portal ¡Gracias!


La sobrerreacción institucional, de acuerdo a la OIT, ha generado ya 400 millones de desempleados en el mundo.
La pérdida masiva de empleo y rentas, para una óptica sistémica, implica un infarto. El circulante, o activos, o flujos de dinero, no circulan ni irrigan, dada una serie de políticas institucionales, sin precedentes para ninguna enfermedad, las cuales bloquean la oxigenación de los aparatos económicos y productivos que, al mismo tiempo, significan los medios de vida de las poblaciones.

En 1993, el Premio Nobel de Economía fue concedido a Douglas North y Robert Fogel. El motivo fueron sus estudios en Cliometría y Neoinstitucionalismo. Su tema fue el análisis funcional de la historia económica y una nueva comprensión tan sistémica como antropológica de cuanto son las llamadas instituciones y su opción de cambio temporal. Aquí surge la primera idea clave:

Desde el realismo neoinstitucional, las instituciones dejan de ser las grandes construcciones arquitectónicas donde se alojan estas, sus nóminas, moldeamientos ideológicos que las configuran, o los sentidos de pertenencia que implican. Por el contrario, reducidas al mínimo lógico, las instituciones cuya etimología deviene de la misma raíz del Estado (indoeuropeo St-tu) implican estabilidad, la manera de estar o permanecer de pie.
Así, para North, las instituciones son “las <> en una sociedad o, más formalmente, las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana. Por consiguiente, estructuran incentivos en el intercambio humano, sea político, social o económico (…) Es innegable que las instituciones afectan el desempeño de la economía.”

Los campos de fuerza de dos macroinstituciones: Estado y Mercado permiten un equilibrio. En ambos debe existir flexibilidad para la supervivencia.
Para ilustrar, esta segunda idea clave: la espiga o la palma, dada su flexibilidad, resisten los vendavales y vientos huracanados que no aguantan los fuertes robles o los pinos, que por su rigidez son quebrados y muertos por tales vientos violentos. Análogamente, las reglas de juego son susceptibles a variación. Si bien los contratos son ley para las partes, es bien sabido que los contratos pueden ser reconfigurados desde acuerdos entre ellas.
La figura del “otrosí” contractual es un clásico ejemplo de reglas de juego que cambian, por lo general, a causa de cambios contextuales forzosos.

Aquí viene la tercera idea clave: –como soporte institucional– la ley es hecha para el ser humano, no el ser humano para la ley. La institucionalidad normativa en la cultura persigue la prevención, solución, garantías y eliminación de problemas para la sociedad entendida como cúmulo de hombres que interactúan. En un ejemplo básico, un contrato de arrendamiento en la mega crisis que se está afrontando puede ser re-pactado, formal o informalmente. Al arrendador le interesa generar y generarse los menores daños posibles garantizando beneficios en presente y futuro.
Con una sociedad, ya re-abriendo, puede el propietario en el entretanto, aliviar al no cobrar el canon. Solicitar al arrendatario el pago de servicios u otras costas mientras la recuperación económica hace posible asumir la recuperación total en las condiciones inicialmente pactadas.
Para el comercio, el costo de los alquileres y el pago de nóminas bajo una merma parcial o total de ingresos ha sido el principal motor de la destrucción de negocios. Ahora bien, el cierre, en el caso analizado, involucra el detenimiento de rentas tales como los alquileres. En una secuencia sumatoria de líneas en el sistema económico vastos contingentes de población dejan de tener poder adquisitivo.

La disminución del poder adquisitivo menoscaba el flujo de circulante a otros sectores. Por tanto, es momento de entender que según los preceptos clave enunciados, es mandatorio, flexibilizar las reglas de juego para lograr la subsistencia de todos. En la Teoría de Juegos de Nash, este acuerdo significa que todos los jugadores pueden ganar mediante cambios en la manera de jugar y acelerar así el paso de la tormenta. Si se quiere, esto puede ser llevado mucho más lejos, por medio de un acuerdo nacional racional: devolver todas las cuentas, de todos los sectores, al estado del 1 de marzo, el 1 de noviembre de 2020.
En la práctica, lo que esto en conjunto quiere decir, es que las normas no son un cadalso exterminador sino, muy al contrario, el resultado de la sabiduría de nuestros ancestros para poder vivir y sobrevivir a crisis, por descomunales que estas sean.

Fuente: BRPrensa - Guillermo Romero Salamanca

Esta noticia la leyeron 29536 personas

Cultura Digital, Aporta un "Me gusta" a este portal


Noticias Relacionadas

Grabaciones
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Conoce el sistema radial Online del Grupo Red Andina Radio & TV. Donde sus selectos oyentes y visitantes pueden complacer su oido con las mejores notas músicales con un variado listado de emisoras


Copyright © 2021
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones de Boyacá Radio
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular Boyacá Radio.


Resetear la economía para salvarla: la “UCI” neoinstitucional