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 viernes 18 de julio de 2014

 

Nuevo testimonio reafirma la sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa en China

Foto: lagranepoca.com

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Los precios para extranjeros no son fijos, dijo Yang, en algunos casos, aquellos con dinero, desesperados por un órgano, pagaron hasta 2 millones de dólares en trasplante y estadía en el hospital

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COPENHAGE, Dinamarca–Yang Guang y su viejo amigo, el oficial del área de logística de un hospital principal del nordeste de China, tenían todo planeado: el funcionario, durante muchos meses, recogería lenta y cuidadosamente los archivos y documentos que pasaban por su escritorio que mostraran un patrón de sustracción ilícita de órganos en el hospital. Luego, se iría de “vacaciones”, y así, ausentándose, exponer cómo los hospitales chinos estaban matando por sus órganos a practicantes de Falun Dafa, una práctica espiritual que es perseguida en China.

El plan se deshizo en diciembre de 2009, dijo Yang Guang, cuando su amigo recibió una visita de la policía secreta de China, que había escuchado sobre el plan. Ahora su amigo está retirado, y Yang no ha sido capaz de contactarlo desde hace años.

Sin embargo, Yang dijo que hizo notas detalladas de sus conversaciones con él a lo largo de la década del 2000. Más temprano, este año, él recapituló sus notas en entrevistas con La Gran Época, otorgando un retrato de cómo la sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa podría suceder un rol en China.

‘Contrarrevolucionarios’

Yang Guang es un hombre chino radicado actualmente en Dinamarca; es conocido por los periodistas de La Gran Época de allí desde hace varios años y es considerado de confianza. Su reporte estaba basado en lo que, según dijo, eran casi 50 llamadas con su amigo, el Sr. Wang (pseudónimo), de 2007 a 2009, durando de 30 minutos a varias horas cada una.

¿Por qué un médico trabajando en China provee tanta información a un amigo sobre actividades altamente ilegales y abusos de Derechos Humanos? Según Yang Guang, la suya era una amistad poco común: en 1968, durante la caótica Revolución Cultural, los dos fueron calificados como parte del mismo “clic contrarrevolucionario”. Ellos pasaron 10 años y 8 meses juntos en la misma prisión.

“Aquella no es una amistad ordinaria, es una relación de vida o muerte; muy, muy especial. Cuando escuché sobre la sustracción de órganos, y supe que él estaba en este campo, le comencé a preguntar constantemente sobre eso y le pedí recolectar información. Nuestra amistad es profunda”, dijo Yang.

Subsecuentemente a su rehabilitación política en 1978, Wang entró al Partido Comunista, se volvió médico, y décadas después se ha convertido en el oficial principal de logística de un hospital principal al nordeste de China. Yang Guang, mientras tanto, persiguió una carrera en desarrollo técnico y medios en Hong Kong, y ha sido durante mucho tiempo un crítico abierto del Partido Comunista.

Yang otorgó a La Gran Época, el nombre verdadero y el lugar de trabajo anterior de Wang, ambos era verificables en internet. La Gran Época no intentó contactar a Wang por el peligro al que lo expondría tal contacto.

El reporte que Yang dio fue, en gran parte, congruente con lo ya sabido sobre los trabajos de sustracción de órganos a practicantes de Falun Dafa en China –aunque los precios de venta por órganos que sugirió fueron más altos que los anteriormente reportados.

A Ethan Gutmann, un periodista investigador cuyo libro sobre sustracción de órganos de China será publicado en agosto, le presentaron una versión del testimonio de Yang Guang.

Él dijo como respuesta: “Aunque es un testimonio de segunda mano y debe ser tomado con pinzas, muchos elementos se destacan sobre el reporte del Sr. Wang: la explícita oficina 610, que cumple el rol principal en el proceso de selección de Falun Dafa, la elasticidad extrema de precios para el turismo de órganos extranjeros, y la sorprendentemente baja cantidad de prisioneros condenados a muerte cuyos órganos están siendo recolectados (supuestamente en la región de Harbin) en comparación con los de practicantes de Falun Dafa”.

A pesar de que el reporte de Yang es de segunda mano, La Gran Época decidió publicarlo porque había sido una fuente de confianza en el pasado, y la escasez de los reportes de primera mano dada por la naturaleza extremadamente sensible de la información, y porque el reporte por si mismo adhiere a lo que es públicamente conocido sobre la cosecha de órganos de prisioneros de consciencia en China.

Logística

El Sr. Wang en un punto fue el oficial subjefe de logística, y luego el primer oficial de logística, en dos hospitales diferentes en el extremo nordeste de China. Esto lo puso en la supervisión de, entre otras cosas, el mantenimiento del suministro de sangre en el hospital, la compatibilidad de sangre, en hacer arreglos y negociar precios de operaciones de trasplantes de órganos, y en proveer alojamiento para extranjeros que vienen a China para trasplantes de órganos, según Yang.

Los practicantes de Falun Dafa son la fuente principal de órganos usada en operaciones de trasplantes en los dos hospitales afiliados donde Wang trabajó, y el proceso­ –catalogar a los prisioneros por tipo de sangre, ubicar un candidato de trasplante, y transferirlos a las instalaciones médicas–, todo es supervisado por la oficina local 610.

La oficina 610 es una fuerza policial secreta manejada por el Partido, fue establecida el 10 de junio de 1999 para llevar a cabo la misión de eliminar a Falun Dafa. El régimen chino en su momento apoyó esta práctica tradicional espiritual, pero comenzó a perseguirla por miedo a la cantidad de gente que había comenzado a practicar Falun Dafa.

Prisioneros Ejecutados

Los prisioneros actuales condenados a muerte solo una pequeña cantidad de los órganos cosechados, según Wang.

“Él me dijo, incluso en 10 de las ciudades más grandes de China, no más de 50 prisioneros son ejecutados anualmente después de ser sentenciados a muerte, y sus órganos son subsecuentemente disponibles para trasplantes”, dijo Yang. “Sin embargo, los dos hospitales de Wang tuvieron que generar más de 2.000 cirugías de trasplantes de órganos cada año”.

“Lo que es más, algunos funcionarios superiores del Partido Comunista Chino (PCCh) y sus parientes, rechazan los órganos de prisioneros ejecutados. Ellos específicamente piden órganos de prisioneros jóvenes vivos. Por lo tanto, los órganos de prisioneros ejecutados son reservados usualmente para extranjeros que vienen a China para trasplantes de órganos”.

Los precios para extranjeros no son fijos, dijo Yang, en algunos casos, aquellos con dinero, desesperados por un órgano, pagaron hasta 2 millones de dólares en trasplante y estadía en el hospital.

Esto es múltiples veces lo promocionado como el precio real, en los sitios web chinos, hasta el 2006. Después de que la sustracción de órganos de practicantes a Falun Dafa fue expuesta en 2006 por investigadores de fuera de China, los centros de trasplantes comenzaron a quitar los sitios web que publicitaban los precios por las operaciones.

Yang explicó la discrepancia al referirse cómo el sistema médico chino puede extorsionar a aquellos que vienen por ayuda.

“Tú no sabes la corrupción y oscuridad de los hospitales”, dijo él, refiriéndose a casos donde pacientes médicos comunes en China pueden ser forzados a pagar sobornos, o a pelear en contra de doctores y enfermeras cuando son extorsionados”.

“Donantes” de Falun Dafa

Wang dijo que la oficina 610 de la ciudad de Shenyang, desde el 2000, cerca de sus hospitales, comenzaron a proveer información sobre el potencial de los “donantes” de Falun Dafa en su custodia. Fueron identificados por género, edad, y número de campo. No se dieron nombres.

Wang enviaría personal médico a prisiones, campos de trabajo forzado, y centros de lavado de cerebro a recoger muestras de sangre, dijo Yang. Él necesitaría preparar equipamiento, medicina, refrigeradores, equipos de preservación térmica, y vehículos médicos.

Cuando se identifica una coincidencia, el hospital contacta a la oficina 610, que envía una camioneta de un prisionero con el practicante de Falun Dafa correspondiente.

Fuente: Por Huang Qing - La Gran Época

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